sábado, abril 29, 2006

Respecto al tema de la disciplina en la educación de los niños en casa, soy de la opinión que no debemos esperar a que aparezca el problema para buscar la solución.
Los hijos necesitan, de la misma forma que el alimento, disponer de límites, normas, pautas para caminar por la vida.
La seguridad que le proporciona el saber que a cada acción corresponde una reacción les da tranquilidad, seguridad y madurez. No pueden ir por la vida actuando aleatoriamente y sin saber que resultados obtendrán de cada uno de sus actuaciones.
Mi padre, que procedía del mundo rural decía que los arboles hay que enderezarlos cuando son aun tiernos ya que más adelante no hay posibilidad de hacerlo salvo haciendoles daño.
Hay mucha tela que cortar con relación a este tema.
He encontrado este artículo buscando por Google.

Poner límites a niños y adolescentes
Los niños también necesitan límites
El abandono de tácticas excesivamente autoritarias no debe desembocar en una permisividad contraproducente para padres e hijos

Una de las grandes dudas de padres y madres en la educación y socialización de sus hijos e hijas es referente a los límites que deben imponerles en sus actitudes y comportamientos. ¿Cuándo hay que recriminar, advertir o castigar a un niño? ¿En qué momento el ejercicio de la autoridad pasa de lo necesario a lo abusivo? ¿Cómo podemos guiar a nuestros hijos sin generar tensiones innecesarias? Las preguntas se amontonan y no siempre se encuentran respuestas. Un primer paso para afrontar estas dificultades consiste en tomar conciencia de que no es beneficioso, para pequeños ni para adultos, proteger y excusar por sistema la actitud de los hijos e hijas.
Las consecuencias de la permisividad total y la sobreprotección pueden ser muy negativas. He aquí dos ejemplos reales y cada vez más habituales. En el primer caso, un niño de unos ocho años se acerca a una mochila en un centro comercial y le arranca un elemento decorativo. El dependiente le llama la atención y le pide que se lo devuelva. El niño acude a su padre diciendo que el empleado le ha maltratado. Acto seguido, el padre se encara con el dependiente y le desautoriza de malos modos, en público y delante de su hijo. ¿Qué aprende este niño? Que su padre le defenderá aunque se comporte mal. Es decir, que portarse mal n

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