jueves, mayo 04, 2006

nuestro niñ@ cumple años

Cuando uno de nuestros niños cumple años, surge una cuestión y no menuda: ¿Dónde vamos a celebrar la fiesta? Queremos que participen en este hermoso evento el mayor número de amiguitos.
Antes los cumpleaños se celebraban en familia, en la casa de cada uno y acudían tan sólo los abuelos, los primos y algún que otro vecino de la escalera. Ahora es diferente. Las familias se han reducido, los pisos también tienen menos metros y los conocidos de los pequeños no suelen vivir en el mismo edificio, ni siquiera en la misma calle. Suelen ser compañeros del colegio o hijos de los amigos de los padres.
Las madres y los padres quieren festejar a su hijo/hija con una gran fiesta pero miran a su alrededor y se erizan imaginando a una pandilla de “enanos” corriendo por el salón y manchando las cortinas de chocolate.
Entonces surge una buena amiga o un pariente que aconseja ir a celebra el acontecimiento en uno de esos sitios de nombres tan curiosos como “chuchi- pachi” o algo parecido y allá van todos…
Suelen estos lugares disponer de dos ambientes bien diferenciados: En uno hay mesas y sillas “normales” donde los padres y madres de todos los pequeños disfrutan de una tarde más o menos tranquila, charlando de sus cosas, tomando unos refrescos y haciendo fotos a sus niños. En la otra zona podemos encontrar de todo: A los protagonistas de esta bella experiencia se les pide que se quiten los zapatos, se les pinta la cara, se les invita a entrar en una jaula de bolas y todo ello amenizado con grandes voces de monitores contratados para ello.
Nuestros hijos e hijas tienen en este recinto licencia para casi todo: Se pueden manchar, pueden tirar los refrescos sin que nadie los riña, pueden gritar, pisotear la tarta que cae de los platos al suelo mezclado con los envoltorios de los regalos que van recibiendo de sus invitados. ¡¡¡Que felicidad!!! ¡¡¡Este debe ser un día inolvidable!!!
Si que lo es. Hemos estado a lo largo de tres, cuatro, siete años criando a nuestros hijos. Les hemos enseñado con suma paciencia y dedicación a que sean ordenados, limpios, los hemos enviado a buenos colegios, donde unas profesoras fabulosas han diseñado un proyecto educativo con el que se pretende conseguir que los alumnos y alumnas sepan valorar el orden, el respeto por los espacios y los materiales que tienen a su disposición, a descubrir la belleza…
Pero hoy es su cumpleaños y nosotros, que queremos a nuestros hijos e hijas más que nadie en el mundo les regalamos un espectáculo divertido, lleno de color, de música, de luz y además al volver a casa encontraremos nuestros muebles impolutos, todo ordenado, todo en su sitio, tal como nos gusta y tal como nuestros hijos sabrán cuidar gracias a lo aprendido en el día de su cumpleaños.
Sin comentarios...

3 comentarios:

Animal de Fondo dijo...

Estoy de acuerdo en todo menos en lo de pisotear la tarta. Yo fui una vez a uno de esos lugares y la tarta era de plástico [sic], de verdadero plástico; iba rotando por las diferentes mesas de los múltiples cumpleaños.
El caso es que hay que buscar una solución al problema y yo no acierto a hacerme las preguntas apropiadas.
Yo pensaba que el hecho de señalar "con piedra blanca" algunos días en el año era una reminiscencia de sociedades poco desarrolladas y además pobres, que al no poder disfrutar a diario de ciertas comodidades las concentraban en un par de días al año para que el gasto fuera llevadero. Así se podía, una vez al año, probar la carne, por ejemplo. Pensaba, digo, que en una sociedad donde lo único que suele escasear es lo esencial, pero en la que nunca falta lo accesorio, eso ya no tendría sentido. Sin embargo, veo que se sigue utilizando los cumpleaños para eso, repartiendo chucherías que la mayoría de los niños comen a diario.
Por esa misma regla de tres, ¿no sería lo lógico que en los cumpleaños se repartiera lo que ahora no es habitual consumir? Por ejemplo, paz, cariño, un día sin televisión, mirarse a los ojos, esas cositas que se han convertido en un lujo y que yo intento, a veces, disfrutar.
Ya digo que no encuentro solución. ¿Se podrían organizar en el cole, con algo de esfuerzo de las madres-padres invitadoras/invitadas? Me parece que llevar unas bolsas con bocadillos no estaría mal, hay espacio libre y así también el cole sería más nuestro. ¿Qué le parece a la APA? ¿Nos podría ayudar?

Anónimo dijo...

Despues de leer vuestros comentarios, me quedo alucinado. No todos los que van al futbol son ultras. El hecho de que el niño se junte en un lugar donde puede jugar y compartir con sus compañeros de clase, con sus amigos del alma, es alucinante ver como se lo pasan, lo civilizados que son, como se ayudan los unos a los otros. Cuando llega la hora de la merienda todos van organizados, se toman sus bocadillos, no chucherias, y todos estan formalmente sentados hasta que terminan la merienda. ¿A que cumpleaños habeis asistido vosotros?. Si vosotros permitis eso sois los culpables de la educación, no es sitio.En vez de criticar lo que no conoceis asistir a uno y ver como los niños son los verdaderos protagonistas, como se divierten con respeto y educación. Y observar la complicidad que tienen entre ellos, eso es mágico. Nos demuestran lo que nos hemos perdido los de la generación que solo podiamos invitar a los primos y tios, y al final el cumpleaños era para los mayores, por que solo habian dos o tres niños, Y ojo no molestarles por que estaban muy ocupados comiento y bebiendo. Plantearos vuestros pensamientos, estais criticando por que no teneis el valor de experimentar que es realmente lo que los niños quieren y necesitan, que es lo que les gusta a ellos y no a vosotros. Quizas algún dia, seamos capaces de pensar tan inocentemente como un niño. Hasta siempre.

Anónimo dijo...

Yo he asistido solo a tres cumple y realmente creo que tenemos una idea muy equivocada de lo que son los cumples, o al menos estamos tan convensidos de que encerrarlos en una jaula llena de bolas duras 20 niños tirándose como los monos desde los laterales de la jaula y cayendo al vacío sin importarles si pueden hacer daño algunos de sus compañeritos o simplemente a ellos, que llegamos a la conclución que sí que eso es realmente un cumple ¿Tenemos alguna estadistica de cuantos niños salen dañados de esos supuesto y divertidos cumpleaños? Pues yo digo que conocí hace poco a una madre que su niño salio con un brazo roto, entonces, ¿llevamos a nuestros niños a esas fiestas a que se rompan los hueso o salgan al menos con cuatro moretones o simplemente a que se diviertan?
Por otra parte ¿sabemos realmente qué desea hacer nuestro niño cuando llega su cumple? ¿O simplemente tiene tan comido el coco sobre los sitios donde se celebran que no tiene otra posibilidad?; ¿le hemos dado opción a nuestro hijo de pasar un cumple diferente?; porque realmente creo y perdón si ofendo a alguien, que a quien más benefician esos cumples es a los padres y lógicamente a quien los ofrece y os puedo asegurar que hay miles de posibilidades para que vuestros hijos se lo pasen bien el día de su cumple.
Por último el comentario sobre como se celebraban antiguamente los cumples me parece demasiado irónico porque ¿hay alguna diferencia con ahora o simplemente corren tiempos modernos donde lo antiguo se enmascara para que no parezca igual?; o si no decidme en lo siguiente cual es la diferencia, una casa donde están los primos celebrando el cumple y mientras los tíos bebiendo y comiendo, eso es la época antigua, bien, época moderna, un sitio comercial donde están los niños con sus amigos y mientras los padres y sus amigos se divierten en otra sala bebiendo y comiendo… ¿alguna diferencia?
Si creéis que vais a quedar bien con vuestros hijos haciendo lo que todo el mundo porque según dicen es superdivertido, estáis en un error, los estáis metiendo en el mundo de Vicente (ya sabéis, donde va la gente) y lo peor es que no tenemos el sentido común de pararnos a pensar si es realmente divertido o simplemente vamos siguiendo la misma cuerda que nuestros iguales.
Por ultimo sacarle provecho a la imaginación de vuestros hijos, que os puedo asegurar que es infinita y dejarlos que decidan por una vez aunque la decisión sea disparatada.
Saludos