viernes, diciembre 14, 2007

LIMOSNAS DE NAVIDAD

Todos los años traen mis hijos del colegio unos papelitos donde se sugiere el tipo de limosna que podemos aportar. Antes de que Isabel María me reproche que critico diré que me parece muy bien, que me parece estupendo, que no me niego a enviar las galletas o el arroz, todo lo contrario. Dicho esto, creo que tampoco será un crimen intentar reflexionar sobre ello.
Lo primero que me extraña, también todos los años, es que el tipo de limosnas que aportamos son todas de primera necesidad, y tan de primera necesidad como que son alimentos esenciales. Si regaláramos mantecados, turrón, más aún, si regaláramos corbatas, collares o pulseras, podríamos estar despreocupados el resto del año, ya que pasarse los otros once meses sin nuestra colaboración no supondría nada grave. Pero si hay a nuestro alrededor personas que por navidad nos piden pan, nos piden harina, nos piden arroz, galletas, lentejas, eso quiere decir que esas personas son pobres de solemnidad y para lo que nos están pidiendo ayuda es para sobrevivir. Y me parece a mí que si nos conformamos con dar nuestra asistencia solamente con ocasión de la navidad, y los abandonamos a su suerte el resto del año, es que tenemos el corazón un poco duro. Es verdad que habrá muchos casos así, que no podemos remediarlos todos, pero el hecho es que estas gentes ya se han cruzado en nuestro camino, ya sabemos de ellos a través de lo que les aportamos, ya es más difícil cerrar los ojos. Entonces la propuesta es la siguiente: ya que está demostrada la necesidad de socorrer a estas personas que nos lo demandan, ¿Por qué no nos organizamos para ofrecer esa pequeña ayuda todo el año? Más aún, ¿por qué no aprovechamos el elemento formativo que también pueda tener todo esto para implicar a nuestros hijos, para que conozcan estas situaciones, para que ellos organicen las ayudas, para que se enteren de quién y de qué forma nos necesita? ¿No os parece que no sería mala "Educación para la Ciudadanía"?
Nos gastamos una cantidad considerable en regalos verdaderamente superfluos. ¿Por qué no dedicar un tanto por ciento a esto? No sé si ayudaríamos verdaderamente a alguien, pero lo que es seguro es que nos ayudaríamos a nosotros mismos.
¿Qué os parece? ¿Es buena idea? ¿Es una tontería? ¿Es factible? ¿Se ofrece alguien para organizarlo? 

No hay comentarios: